alhambra fantasy 2

Ya puedes conocer otras leyendas y personajes fantásticos de la bella ciudad de Granada.

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La fuente del avellano

Al final del famoso y fotografiado Paseo de los Tristes, hay un camino que sube a la fuente misteriosa conocida con el nombre de La Fuente del Avellano. La persona que me contó la historia me dijo que hubo un tiempo en que la llamaban la Fuente de las Lágrimas y, también, Fuente Agrilla.

Y es que hace mucho tiempo, cuando las aguas del Darro arrastraban en sus arenas pepitas de oro, en un fértil valle conocido como Valparaíso, un caminante descubrió una gruta en la que brotaba una fuente de agua clara y fresca como la nieve. Para llegar a ella había que caminar por una vereda serpenteante que se abría paso entre avellanos y otros arboles.

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*Imagen generada con IA

Pronto se supo en toda Granada la existencia de aquella fuente y el agua que daba era muy apreciada por todas las gentes.

En tiempos de Boabdil, las doncellas iban a llenar sus cántaros en aquella fuente a la que atribuían grandes beneficios, No sabían por qué; pero el agua de aquella fuente provocaba diversos efectos en quienes la bebían y, poco a poco, se les fue haciendo necesario beberla.

En una ocasión, atraído por la curiosidad, un intrépido moro, atrevido y valiente, entró en la cueva. Los jóvenes que lo acompañaron, esperaron en vano que saliera. Aquel joven nunca salió y sólo vieron un gran búho cerca de la cueva misteriosa, entonando un canto entrecortado.

Y aquel agua, unas veces tenía sabor amargo y otras un delicado dulzor parecido a la miel. los efectos por beberla también eran distintos: unas veces, se despertaba la pasión en los corazones más indiferentes; otras, se les cubría el corazón de frialdad. En los débiles encendía instintos bélicos y a los aguerridos guerreros los cubría de languidez y flojedad

El Cadí, que conocía el secreto de la cueva, se decidió a poner remedio. Dentro vivía una hermosa muchacha, era un hada llamada Agrilla y las aguas cambiaban según su estado de animo, cuando estaba alegre las aguas eran dulces y cuando estaba triste, una lagrima caía al agua y la tornaba amarga. El Cadi puso una pareja de guardias etíopes custodiaba la entrada.

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Imagen generada con IA

Cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada, el hada desapareció y el manantial se quedó con el último sabor que le transmitió su dueña. Agrilla, al abandonar su morada, lloró y las lágrimas fueron al agua mientras contemplaba la belleza del paisaje que sus ojos miraban por última vez. Quiso llevarse aquella imagen consigo y llenó con ella de dulzor su espíritu. Las aguas captaron ese instante y, desde entonces y para siempre, quedaron con un sabor ligeramente agridulce.

Han pasado los siglos y el agua de la fuente conserva ese sabor y conserva las propiedades curativas y es que el hada, al tener que dejar la ciudad y su cueva, quiso que se quedaran para siempre en aquella fuente las señales de su poderoso hechizo.


El duende Martinico

El duende Martinico, terror  de 100 generaciones infantiles, el cual aparecía en el fondo de aljibes y tinajas.

Tras la expulsión de los musulmanes, la red hidráulica de  distribución de agua con sus aljibes seguía funcionando muy bien, sin apenas cuidados. La continuidad del funcionamiento del sistema, originó la creencia entre los cristianos de que eran unos duendecillos llamados “martinicos”  los que cuidaban de que el agua de los aljibes albaicineros no se estropeara.

En el imaginario popular a los “martinicos”  se les presentaba bajo forma de duendes simiescos, vestidos con ropas de monje y de ellos se decía que habitaban lugares subterráneos, oscuros y húmedos: el fondo de barriles, tinajas o aljibes en el caso de Granada. No eran personajes malvados pero si traviesos  y a veces se les invocaba para que los niños cogieran el sueño con la frase “Que viene Martinico…”

duende Martinico

Igualmente eran conocidos por sus travesuras: mover muebles, ruidos extraños etc… Aunque también por realizar tareas domésticas, barrer, fregar, mantener el fuego encendido, mientras los habitantes dormían.

Se les describía como seres grotescos, de orejas como abanicos, brazos monstruosos o gibas tremendas y caras de viejo. La creencia en estos personajes llego a ser tan fuerte en el siglo XVI que si alguien compraba una casa y creía ver en ella duendes tenía derecho a deshacer el trato por ella.


El Cancón

Guardián de los tesoros, la imaginación popular soñaba con los tesoros escondidos por los musulmanes.

Es un espíritu condenado de un soldado que guarda los tesoros de la Alhambra, y que una determinada noche cada muchos años se aparece para entregárselos a aquel que le libere de su maldición, para lo cual deberá llegar acompañado de una chica cristiana y un clérigo en ayunas.

cancón- personaje fantástico de Granada

Y aún habitan Granada seres mágicos que no somos capaces de ver…

historias mágicas

➡Si quieres cambiar de género, te propongo unas historias de miedo

2 comentario en “Historias mágicas de Granada”
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