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Manuel y yo en un evento en 2014

Manuel quema las horas encordando palabras, bebiendo/libando/saboreando aguardiente Arenas. «Tomarlo es habitar el paraíso blanco de la desmemoria, un jardín propio, el cuarto de la verdadera intimidad»(de su libro Prado Negro).

La incandescencia de sus ojos, la labia descorchada, alejado de todo patrón y patrones… Como bien dice él: «Yo voy siempre doblemente armado: navaja y pluma».

yo voy siempre doblemente armado navaja y pluma

Manuel es poeta, ensayista, traductor, crítico literario, encuadernador, editor y violagambista (ni + ni -)😎. Nieto del «Patera», además de filólogo y profesor de Lengua y Literatura Castellana en el IES Bécquer de Sevilla. Para los eventos suele vestir sombrero.

Manuel García
Manuel García. Fuente: ABC

Lo conocí en 2014 cuando trabajaba en la antigua AF de Granada y colaboramos con él como patrocinadores en su libro CANCIONERO A MASCHA DIAKOVSKY, de su editorial Point de Lunettes.

Él fue el traductor de los poemas en francés del reconocido escritor Ángel Ganivet. Preparó esta edición bilingüe para la editorial sevillana Point de Lunettes. Con esta edición trata de contrarrestar «el desprecio de la crítica hacia la poesía francesa de Ganivet» y demostrar que «era un autor que no sabía hacer bien los versos, pero que tenía grandes ideas poéticas», Manuel dixit.

Manuel tomándose una copa
Manuel tomándose una copichuela. Foto de Mª Jesús Casermeiro.

«Algunos de sus poemas tienen una fuerza tremenda, fuerza que algunos poetas famosos de hoy no tienen entre todos sus libros; Ganivet es un escritor de ideas poéticas, como lo fue Max Aub, aunque le faltó el oído de Lorca o de Unamuno», añadió.

Desde que Ganivet conoció a Mascha en 1896 no dejó de escribirle poemas hasta pocos meses antes de su muerte, desde los primeros apasionados en francés hasta los que hace en español y que incluyó en los Trabajos del infatigable creador Pío Cid, en 1898, poco antes de su suicidio.

Para Manolo, esa apasionada relación amorosa «fue importante durante el desarrollo de la locura de Ganivet hasta su suicidio»


La entrevista

¿Te has llegado a adentrar en el pozo + profundo de tu persona?

Sí. Mediante la creación poética. A veces las imágenes de los poemas que escribo me dicen cosas de mí.

¿De qué va muriendo el hombre cuando sigue vivo?

De falta de amor. La experiencia no nos hace más sabios, sino más resabiados. Y nos ilusionan menos las cosas. Morimos de falta de amor después de hacer durante muchos años las mismas cosas.

A través del espejo, ¿qué encontró Manuel allí?

Pues una persona llena de dudas, insatisfecha de sí misma.

¿Qué anécdota de tu vida recuerdas con + cariño?

Esta pregunta es muy difícil de contestar. Pero a lo mejor es cuando vi por primera vez el mar. No lo vi, en realidad lo oí y lo olí, porque era de noche. Yo tenía 9 años y mis padres me llevaron a la Antilla en Huelva. Esa noche era yo un niño y el Betis estaba jugando (y ganando) la final de la copa del Rey. Ese olor lo llevo todavía dentro.

¿Por qué estás en el jardín de las letras?

No es jardín, sino selva. En el jardín están muchos escritores decorativos y que quieren ser famosos y tener poder y estar a la moda y ser muy leídos. Yo ando en una selva sin leyes en la que edito, escribo, encuaderno y me mezclo con otros.

¿Por qué no te vas?

Porque me siento distraído en este sitio, mientras pasa mi tiempo.

¿Cuántos libros tienes ahora? ¿Dónde los guardas?

Pues en principio, unos veinte mil, más o menos, divididos entre dos casas y un local. También comparto algunos libros en casa de algunos buenos amigos.

¿Qué es lo que prefieres callar?

Pues las críticas a las personas que me parecen indeseables, para no hacerlas más famosas (a esas personas) todavía.

¿Podemos emanciparnos de la sombra de nuestros padres?

Es necesario. Hay que matar a los padres para poder existir y crecer. Y, después, siendo ya seres propios e independientes, volver a ellos para compartir con ellos nuestro cariño y nuestros pequeños conocimientos.

¿Qué es lo + raro que te han pedido nunca?

Una vez, andando por una acera de Álora, un señor mayor salió a la puerta de su casa y me pidió que entrara para que le sintonizara la tele, que su nieto no estaba y él no sabía. Y, cuando lo hice (yo tampoco sabía), el hombre se puso contentísimo y yo también.

Pues con el profesor que soy: un profesor sin vocación de enseñar pero que, cuando entra en una clase, lo da todo. Ese todo a veces es poco y a veces es mucho, según el estado de ánimo mío y de mis alumnos. Siempre me sorprendo por cosas que veo que ocurren en mis clases.

¿Cuál es el origen de este poema?

TENTACIÓN

Mirar un pozo, no por el cielo que tiene dentro, sino con la idea fija del salto. Asomarte a una terraza con la intención de vuelo. Refrescarte las venas con la hoja templada de algún cuchillo. Y no dar esa curva.

Poemas para perros. 2007. Editorial Point de lunettes.

De la tentación y el impulso que desde niño siento hacia la autodestrucción (dar un salto a un pozo o un barranco, si paso al lado, saltar desde una terraza si estoy en ella, no dar una curva si voy conduciendo, girar levemente el volanta si me cruzo con un camión).

Son los impulsos de suicidio que hay en nuestra conciencia desde que somo chicos, y que la cordura evita que se produzcan. Es un deseo refrenado que casi todos llevamos dentro desde la infancia. Freud lo llamaba tánatos.

Yo nunca he pensado en suicidarme, pero he sentido muchas veces este impulso como algo vicioso. Recuerdo que una vez preparaba engrudo para encuadernar con una batidora y pensé que qué pasaría si metía el dedo en la hélice. Acerqué el dedo, era una tentación irresistible, sabía que no debía hacerlo y la batidora solo me rozó una yema, haciendo saltar una gotita de sangre. Algo así quise decir en ese poema.


✒ Una entrevista a Manuel del Diario de Sevilla (2018)

entrevista manuel garcia

Del poemario «La sexta cuerda» publicado por Hiperión:

PRIMER CANTO:
LOS LIBROS
(ALLEGRO TRANQUILLO)

La sexta cuerda de mi viola lleva en su vibración el nombre de las cosas sencillas: el sabor del pan con aceite, el aguardiente mañanero, el olor a humo de rastrojos en otoño, el agua delgada del arroyo pequeño, la primera leña crepitando en la lumbre, mientras afuera la naturaleza se recoge aterida y sumisa, a la espera del invierno. Y mi boca pronuncia susurrando, mientras vibran las cuerdas de la viola, no las palabras diarias que dan muerte a los hombres (ordenador, pen drive, funcionario, whatsapp, hipoteca, pecé, bilingüe, cedé, Consejería, twitter), sino esas palabras sencillas que llevan dentro el alma de las cosas:

Pan, aceite, bancal, ribazo, pámpano,
agua, cielo, nogal, álamo, lluvia,
aire, lumbre: las nubes y los libros.

Amistad verdadera

Éramos tan amigos que no me tenía que prestar los libros ni yo tenía que devolvérselos. Sencillamente su casa era una prolongación de mi biblioteca.

Se refiere a su amigo Anselmo, que vive como él en Sevilla.


🧭Si os apetece seguir explorando su fauna librística, aquí van algunos títulos:

  • De bares y de tumbas. Madrid, Hiperión, 2011.
  • Mejor la Destrucción. Sevilla, Renacimiento, 2018.
  • Cronología del mal. Sevilla, Point de Lunettes, 2002.
  • Poemas para perros. Sevilla, Point de Lunettes, 2007.

◻Y otros poetas como Bukowski.